La primera vez que hice kombucha fue con mi hermana hace casi una década. Ella acababa de descubrir una bebida milagrosa que estaba hecha a base de "unos honguitos" decía ella. En mi incredulidad le pregunté: ¿cómo así que de 'hongo'? y como pudo me explicó que se alimentaban de azúcar, que había un procedimiento para duplicar la receta y que esta bebida pasaba de estar en un estado estable a carbonatado según ella: por arte de magia.
La curiosidad de este nombre extraño, preparación novedosa y milagros bondadosos para el cuerpo me llevó a un mundo completamente nuevo descubriendo y practicando cómo se hacía esta bebida.
La primera fermentación parecía muy fácil de hacer, hasta que cometí el error de echar el agua caliente sobre el hongo AKA: SCOBY; básicamente maté al SCOBY con el choque de calor y un par de semanas después descubrí que mi kombucha se tornó de colores verdes mohosos. Otra vez se me olvidó colocarle bien el protector superior y a la semana descubrí mi kombucha llena de mosquitos que intoxicadas por el dulce néctar y funkyness de la fermentación crearon una tremenda infestación de bichitos, gusanitos y fruit flies. En alguna ocasión dejé que en la segunda fermentación pasara mucho tiempo, según yo para que la kombucha "carbonatara bien". Con los días calurosos llegó la sorpresa de una explosión en la cocina y el líquido dulce regado por toda la alacena.
Tengo un sin fin de historias de intentos y pruebas que hice desde que comencé a probar a hacer kombucha en casa. Mi hermana ocasionalmente la consume y yo la incorporé cien por cien a mi vida no solo preparándola regularmente, si no también leyendo sobre varias vertientes del mundo de la fermentación y específicamente sobre la teoría detrás de una fermentación aeróbica . El mundo de la fermentación constantemente me deja algún aprendizaje nuevo y que en su mayoría se aprende poniéndolo en práctica, o sea: haciendo.
En Moonrise tuvimos kombucha cuando comenzamos el proyecto, hemos invitado a muchísimas marcas a traer y compartir sus kombuchas porque OJO, ninguna kombucha es igual a otra kombucha. Tiene mucho que ver el toque personal, el té base, las combinaciones de sabores y sobre todo el cuidado e higiene en procedimientos. El año pasado junto a Enrique comenzamos a registrar en un cuaderno las preparaciones nuevas, a crear una receta base que nos gustara y tomarnos en serio hacer kombucha para moonrise; para ustedes.
Cuando tengan oportunidad, pruébenla, pero prueben también la de las otras marcas, primero para apoyar a otros proyectos locales pequeños y para ir detectando qué características les gusta e ir formando un criterio.
Comments